Superficies estructuradas y naturales para exteriores e interiores, locales comerciales y ámbitos residenciales. Gres porcelánico de efecto piedra: elegancia y resistencia en un solo azulejo.
El gres porcelánico de imitación de la piedra atesora el encanto de las piedras naturales en que se inspira y ofrece la practicidad de los azulejos de gres. Las colecciones de azulejos de gres de Marazzi toman como modelo diversas piedras de la tradición arquitectónica —pizarra, cuarcita, basalto y distintos tipos de roca sedimentaria—, imitan sus tramas y amplían su gama de colores. Así es, la paleta cromática, que varía según las colecciones, comprende las numerosas tonalidades de los grises —de los claros a los oscuros, hasta el negro—, los marrones, los rojos/rosa, los beis y los blancos.
En el catálogo de Marazzi los colores del gres de efecto piedra se enriquecen con el movimiento y los juegos de luz creados por el acabado de la superficie lapídea: natural, de hendidura, pulida, abujardada o decorada con texturas tridimensionales creadas ex profeso. Según los casos, el resultado con un estilo tradicional, clásico o rústico, se ajusta mejor a las líneas sobrias del gusto contemporáneo o bien encaja perfectamente con ambos.
El gres de imitación de la piedra se halla disponible en varios formatos, del pequeño al mediano, del de mosaico al grande y al extragrande, y se puede usar para revestir paredes y pavimentar suelos, tanto en el hogar como en espacios destinados a oficinas o tiendas. El gres se puede utilizar para crear una imagen total de efecto piedra en todas las piezas: cocina y salón, dormitorio y baño. El gres de imitación de la piedra resulta perfecto no solo para interiores sino, gracias a los azulejos estructurados y de grosor aumentado, también para exteriores. Además, el gres de placas grandes se puede cortar a medida para realizar encimeras destinadas a baños o cocinas, repisas, tableros para mesas, etc.
La belleza de la piedra que el gres imita a la perfección es una síntesis de la acción de la naturaleza, el desgaste del tiempo y el azar a los que se suma la habilidad del artesiano que la trabaja. Una belleza que el ser humano siempre ha apreciado y hecho suya al emplear la piedra para construir, y que se une al carácter funcional del gres. El carácter funcional propio de una estructura compacta y vitrificada que lo hace resistente a los impactos, las abrasiones, las manchas y las substancias químicas, insensible a los cambios bruscos de temperatura, impermeable, duradero, antideslizante y fácil de limpiar.
