
Azulejos blancos para la pavimentación y el revestimiento; superficies que crean atmósferas imperecederas. Descubre las colecciones de gres porcelánico y cerámica más acordes con tu estilo.
Azulejos blancos para la cocina, el baño y espacios domésticos
Azulejos blancos para la pavimentación y el revestimiento; superficies que crean atmósferas imperecederas. Descubre las colecciones de gres porcelánico y cerámica más acordes con tu estilo.
Los azulejos blancos de cerámica o gres porcelánico son un revestimiento sencillo y elegante que da luz, limpidez y ligereza a los ámbitos interiores y exteriores. El blanco propaga la luz y dilata los espacios: por ejemplo, un pavimento blanco brillante o mate agranda ópticamente cualquier cuarto pequeño.
No hay un único blanco sino que existen baldosas con infinidad de tonalidades de blanco: el blanco puro, el hielo, el talco, el marfil, el blanco leche, el vainilla… Todas estas tonalidades de los azulejos blancos se pueden agrupar en dos categorías bien diferenciadas: los blancos cálidos y los blancos fríos. Los primeros contienen una imperceptible cantidad de amarillo, naranja o rojo; los segundos de azul, verde o gris. En el catálogo Marazzi los infinitos matices del blanco también se proponen en las colecciones de gres porcelánico de imitación de la madera, la piedra, el mármol, el cemento, el cotto, el ladrillo y el seminato veneciano.
Gracias a su extraordinaria versatilidad las baldosas blancas pueden acompañar azulejos de colores (tanto de variantes cromáticas vivas, oscuras o pastel como grises, beis y negras), baldosas decoradas y azulejos de gres porcelánico de imitación de materiales naturales o de la construcción. La gran variedad de formatos de los azulejos que presenta el catálogo de Marazzi potencia esta adaptabilidad: piezas pequeñas, medianas, grandes y extragrandes.
En un espacio, el resultado que ofrece un pavimento blanco de gres porcelánico o cerámica, así como el del revestimiento de azulejos blancos de las paredes, depende de una serie de factores que deben compensarse. Hay que tener en cuenta las características del local (medidas, altura, iluminación) y el aspecto de los azulejos: el tipo de blanco; la presencia de motivos decorativos o el efecto tridimensional; el acabado (brillante, mate o irregular, como en el caso de los azulejos de gres de imitación de la madera o la piedra). El resultado que brindan los azulejos blancos depende asimismo de la combinación cromática elegida para el suelo y las paredes (tono sobre tono, en armonía, en contraste) y de la disposición geométrica elegida en la colocación de los azulejos.