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La norma ISO 17889-1 define un sistema de evaluación de la sostenibilidad de los productos sirviéndose de indicadores cualitativos y cuantitativos, identificados y subdivididos basándose en las tres columnas de la sostenibilidad: la ambiental, la social y la económica. Se analiza todo el ciclo de vida de los azulejos de cerámica, desde la selección de las materias primas, pasando por la fabricación, distribución e instalación, hasta llegar al uso y la gestión del final de la vida del producto.
El sistema se compone de treinta y ocho indicadores, subdivididos en obligatorios y voluntarios, y comprende un método de puntuación de calificación múltiple:
- Quince requisitos obligatorios establecen los prerrequisitos mínimos que todo azulejo debe cumplir para ser definido sostenible. Si un producto no satisface estos criterios no puede optar a la consecución de la certificación;
- veintitrés requisitos voluntarios asignan una puntuación que va de cien a ciento treinta según diversos niveles de prestación del producto y del proceso productivo.
La nueva norma técnica promueve e incentiva el empleo de materias primas regionales y el transporte por vía férrea y marítima por encima del transporte rodado, mientras que excluye el carbón de entre los combustibles utilizables, en beneficio del gas natural, las fuentes renovables y las técnicas de cogeneración. La norma establece, asimismo, un nivel de prestaciones en el uso del agua y establece rigurosos niveles de prestaciones con respecto al consumo térmico y a las emisiones contaminantes a la atmósfera.
Una atención histórica
El Grupo Marazzi está preparado para satisfacer esta serie de nuevos requisitos. En 1974 la empresa patentó el proceso de monococción rápida, destinado a revolucionar la producción de azulejos de cerámica y a convertirse en el método de producción más extendido mundialmente, con una drástica reducción del consumo de energía. Este fue el evento fundador de una larga serie de certificaciones y reconocimientos, a los que se suma la certificación ISO 17889-1:2021: un paso más que testimonia la buena dirección emprendida y la trayectoria de mejora continua.
La empresa, además, es conocida por haber sabido implementar una producción de ciclo cerrado limitando el consumo de recursos naturales, optimizando el consumo energético, desarrollando un sistema de recogida y reutilización de los residuos de producción, de las aguas de proceso, de las materias primas empleadas y del calor generado en determinadas fases. También pensando en el ahorro de energía y el uso de fuentes renovables, Marazzi ha dotado sus establecimientos de sistemas de cogeneración que permiten producir de forma autónoma aproximadamente el 75% de la energía necesaria, así como alimentar la fase de preparación de las materias primas. Una atención a la calidad ecológica de todo el ciclo industrial que prevé asimismo la recuperación morfológica y de la vegetación de las canteras de extracción.
Del medio ambiente a la responsabilidad social
Marazzi Group siempre ha sido portavoz de una sostenibilidad que abarque los aspectos sociales en paralelo a los medioambientales. La seguridad es una prioridad: la del personal que trabaja en los establecimientos; la de los operarios encargados de las labores de colocación; y la seguridad en la utilización por parte del usuario final, de acuerdo con lo previsto por la propia norma ISO 17889-1. La empresa verifica continuamente los niveles de seguridad, higiene y sanidad de los lugares de trabajo e introduce las modificaciones técnicas y organizativas oportunas incluso involucrando directamente a sus empleados, a los que ofrece un programa de formación, información y actualización continuas, para garantizar el cumplimiento de los estándares de seguridad y medioambientales establecidos.