¿Cómo ha cambiado el salón contemporáneo? ¿Qué funciones desempeña dentro de las viviendas? ¿Cómo ubicar los muebles para vivirlo de la mejor manera?
Nacido como espacio de representación dentro de las moradas nobiliarias, el auténtico salón —entendido como pieza separada y dedicada al relax y a la socialización— hoy en día es una rareza. Readaptando su significado a la realidad de los interiores contemporáneos, podríamos definirlo más como un espacio funcional dentro de un ámbito más amplio o, por lo menos, destinado a transformarse según las exigencias y la hora del día.
Muy a menudo el salón convive con la sala de estar —que incluye asimismo el comedor (otrora también separado)— o, aún más a menudo, con la cocina: hoy en día hablamos cada vez más frecuentemente de living, utilizando este término anglosajón que designa un espacio habitado por toda la familia generalmente durante las horas diurnas.
Decorar una sala de estar moderna: qué no puede faltar
Concentrándonos únicamente en el área de relax, es decir la que actualmente substituye al salón propiamente dicho, podemos señalar rápidamente elementos imprescindibles en el mobiliario:
- asientos cómodos: butacas, sofás, pufs, chaises longues, hamacas… cualquier mueble que facilite el relax y permita leer, mirar la tele, charlar o reposar solos o en compañía;
- mesillas o superficies sobre las que depositar bebidas, libros, dispositivos o cualquier otro objeto que se utilice en el salón;
- librerías o anaqueles para libros, discos (que vuelven a estar de moda) y discos compactos (para quien tenga todavía), o un simple estante en el que colocar los altavoces bluetooth conectados a los dispositivos personales;
- televisores inteligentes o proyectores para transformar el salón en un cine particular o para disfrutar de las series preferidas.
Fuera de esta relación también podríamos mencionar las plantas: a pesar de que ciertamente no resultan imprescindibles para todo el mundo, son un elemento decorativo de gran impacto estético, y algunas de ellas, además, mejoran la salubridad del aire interior.
¿Cómo disponer los elementos de la decoración en el salón?
La distribución de los elementos en el interior del salón debe determinarse con arreglo a las exigencias funcionales y a las preferencias de quien habita la vivienda: lo ideal es encomendar esta tarea tan importante a un/a profesional proyectista, que sepa conjugar elementos técnicos y estilísticos mediándolos con las demandas de la familia.
Cuidado con algunos errores que se pueden cometer fácilmente:
- no contemplar espacios de paso o acceso a ventanas, puertas y/o puertaventanas;
- no establecer (ni valorizar) un punto o elemento focal, que será protagonista del espacio;
- no fijar prioridades entre las funciones. ¿Esto qué significa?
- Si, por ejemplo, el salón también va a emplearse para trabajar, será fundamental prever un espacio específico para ello.
- Otro ejemplo: si vamos a albergar a menudo a amigos o parientes en casa será importante poder disponer de un buen número de asientos, de diverso tipo, incluidos muebles que permitan ganar espacio o multifuncionales.
- Si la tele no se usa con mucha frecuencia, es inútil dirigir todos los asientos hacia el aparato; al contrario, tiene más sentido proyectar una zona de relax y/o conversación, que solo en caso de necesidad se orientará hacia la pantalla.
- ¿Hay niños en casa? El salón ha de concebirse también pensando en ellos, de manera que tengan un espacio donde jugar durante la jornada y guardar los juguetes al final del día.
Etcétera.
Teniendo en cuenta la posición de puertas y ventanas, y una vez establecidas las funciones que va a desempeñar el salón, dispondremos los asientos y los demás elementos decorativos de modo coherente con el proyecto de la pieza. Muy a menudo el tamaño y la forma del sofá condicionan la distribución del resto de muebles; los espacios restantes se pueden organizar de manera más flexible.
Cuando la sala de estar y el salón se funden: el living moderno
En la mayoría de pisos contemporáneos el salón forma parte de la sala de estar, por lo que también comprende la zona donde se come.
En estos casos es muy importante proyectar cuidadosamente los ámbitos, para delimitar las funciones aun cuando no haya tabiques divisorios.
La disposición de los muebles de la sala de estar, en este caso, tiene que ser coherente con el objetivo de definir los espacios sin cerrarlos físicamente. Luz verde, por tanto, al uso de elementos con una doble función: muebles divisorios, separadores, y a la vez superficies donde depositar objetos o volúmenes donde guardarlos. La importancia del proyecto es crucial: los muebles del comedor pueden, a un tiempo, separar espacios, albergar objetos y constituir una superficie sobre la que colocar un televisor.
Delimitar y definir espacios y funciones: decorar el salón con azulejos
Precisamente en estos casos, cuando los espacios son fluidos y versátiles y los open spaces se convierten en regla, el pavimento puede ser un elemento cardinal, tanto desde el punto de vista decorativo como funcional. Gracias a su infinita variedad de formatos y efectos matéricos, el gres porcelánico hoy día representa una válida opción proyectiva con la que modificar la percepción de los ámbitos y decorar, incluso antes de introducir los muebles.
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