Marazzi Group siempre ha sido abanderada de una industria capaz de limitar el consumo de recursos naturales, disminuyendo el impacto medioambiental gracias a la gestión controlada de los residuos y a la reutilización de las aguas industriales.
El proceso productivo de la cerámica es de ciclo cerrado gracias al reciclaje de todos los restos de producción, de las aguas de la elaboración y del calor generado en determinadas fases.
Los restos de producto crudo y cocido no se desechan sino que se reutilizan al cien por cien en el proceso de fabricación, lo cual redunda en la reducción del consumo de recursos naturales. Esta práctica virtuosa contribuye asimismo a reducir derroche y vertidos contaminantes, permitiendo un uso menor de gas natural y propiciando unas menores emisiones de dióxido de carbono.
Los restos de fabricación crudos se reintroducen directamente en el ciclo productivo, mientras que los descartes cocidos se someten a una elaboración que reduce su tamaño, para después ser reintroducidos en el proceso de preparación de las pastas.
Gracias a un esmerado proceso de gestión, la empresa recicla el cien por cien del agua residual empleada en la fabricación de los azulejos, evitando de este modo el vertido de las aguas sobrantes industriales en cursos de agua o en la red de alcantarillado. La tasa de reciclaje de las aguas industriales llega incluso al 120 %, pues comprende aguas procedentes de otras empresas del sector.
El proceso productivo de la cerámica italiana siempre se ha basado en la sostenibilidad medioambiental. A lo largo de los años el ramo industrial ha sabido conjugar elevados niveles de calidad con importantes innovaciones orientadas a minimizar los residuos.