Proyecto Veta

Una residencia en el corazón del puerto de Almerimar se presentaba como un apartamento fragmentado y poco conectado con el exterior. La intervención de JAO Arquitectura ha devuelto un nuevo sentido de apertura y fluidez, estableciendo un diálogo constante con el paisaje marítimo. Sobre una superficie de 178 m², la reorganización se articula alrededor de la llamada “veta”: una franja central que no solo estructura la distribución de los espacios, sino que alberga funciones fundamentales como cocina y baños, convirtiéndose en el eje identitario de la casa. Al norte y al sur de esta línea se sitúan dos macroáreas: la zona de día, abierta y polifuncional, orientada hacia las vistas del puerto, y la zona de noche, más recogida y privada, replanteada mediante materiales que proporcionan continuidad visual. La  luz natural, potenciada por un proyecto de iluminación desarrollado junto con Grupo Seac, amplifica la percepción espacial, mientras que la elección de colores y acabados subraya el carácter unitario y sofisticado de la reforma.

La  investigación materica ha desempeñado un papel decisivo en la redefinición de la vivienda. Los arquitectos eligieron las superficies Marazzi como elemento clave para garantizar coherencia estética, funcionalidad y durabilidad. “Nuestro estudio”, Ana Sara Hidalgo Peregrín, arquitecta de JAO Arquitectura, “siempre ha considerado necesario trabajar con materiales que representen los valores mediterráneos. La  cerámica es un material presente en nuestros proyectos en suelos, revestimientos o alicatados. Es perfecta para los proyectos realizados en esta región, caracterizada por altos niveles de humedad y temperaturas elevadas. Además, es un elemento cultural: un material asociado a la facilidad de limpieza y mantenimiento y, en muchos aspectos, atemporal.

El suelo de toda la vivienda se ha ejecutado con la serie Cementum, en formatos de 120x120 cm, alternando el tono Ash en las zonas más neutras y el Indigo en la “veta”, en cocina y baños. Esta solución ha permitido mantener un diseño de colocación continuo, a pesar de la variación cromática, estableciendo un equilibrio entre la solidez de los tonos grises y la profundidad del azul, que remite al entorno marítimo circundante. Para los revestimientos verticales se adoptó la colección Zellige de la serie Crogiolo en el color China (10x10 cm), que con su superficie esmaltada introduce vibraciones luminosas y reflejos cambiantes, enriqueciendo la paleta monocromática con matices vivos y dinámicos.

El uso de las cerámicas no se limita a un papel decorativo, sino que estructura la percepción de los espacios: el baño principal y el de cortesía adquieren una dimensión casi escenográfica, mientras que la cocina, concebida como el corazón palpitante de la casa, adquiere, gracias a la cerámica, características de resistencia y elegancia. Las colecciones Marazzi permiten, con un único formato en dos colores, crear un pavimento continuo, parte fundamental del concepto proyectual. Las piezas esmaltadas aportan brillo y textura, proporcionando ese toque de carácter que buscábamos. La elección de una gama coherente de materiales ha permitido fortalecer la idea de un proyecto unitario, en el que cada detalle contribuye a diseñar una vivienda contemporánea e integrada en el contexto mediterráneo.


Ph. Adam Garcia