En Mora de Rubielos, en la región española de Aragón, el arquitecto Raúl García diseña un chalé independiente de cuatro plantas, de fascinante estilo rústico y con interiores de gusto refinado, en los que unos grandes ventanales brindan una vista única de la fortaleza medieval y del verde entorno. Los revestimientos de gres de imitación de la madera de la colección Treverkhome marcan la continuidad entre los ámbitos domésticos y los edificios de diversas épocas históricas.
Proyectando en un burgo histórico, donde el tiempo parece haberse detenido. Esta villa independiente de cuatro pisos se encuentra en el pequeño municipio de Mora de Rubielos, en la región de Aragón, en el nordeste de España. La pequeña ciudad es una joya urbanística y arquitectónica que enmarca edificios tradicionales y palacios nobiliarios decorados con blasones y sólidas rejas. Pero es conocida sobre todo por estar dominada por un imponente castillo medieval de estilo gótico, del siglo XIV, que se yergue sobre un cerro de la Sierra de Gudar.
El chalé ideado por Raúl García mira al castillo y busca la continuidad con la arquitectura histórica circunstante, sin dejar de lado algún que otro toque contemporáneo ni renunciar a materiales funcionales. El arquitecto afincado en Valencia elabora su proyecto precisamente a partir de la cercanía con respecto a la fortaleza y maneja la planimetría mediante unos amplios ventanales, creados ex profeso, a través de los cuales se puede disfrutar de una vista única: porque la casa no se asoma únicamente a la fortificación, uno de los monumentos civiles y militares mejor conservados del reino de Aragón, sino también a un huerto las hojas de cuyos árboles van mudando de color según el transcurso de las estaciones.
Los materiales utilizados, tanto en el interior como en el exterior, se integran de manera armoniosa en el contexto de la ciudad. La villa se caracteriza por su estilo decorativo minimalista y lineal, con soluciones que transmiten un efecto cuidado y esmerado en los detalles. Gres de imitación de la madera, piedra natural, azulejos blancos, vigas a la vista y transparencias del vidrio: unos pocos y sencillos elementos que, puestos uno junto al otro, transmiten sensación de mesura y refinamiento, sin descuidar el diseño ni la comodidad más absoluta, como en el caso del ascensor panorámico de vidrio que comunica los pisos.
La tonalidad cálida del Castagno, elegida de entre las varias disponibles en la colección de gres de imitación de la madera Treverkhome (en el formato de 30 x 120 cm), con sus vetas características e imperfectas, confiere continuidad a los espacios domésticos. “La casa se ha revestido con el gres porcelánico de imitación de la madera porque, además del placer derivado del resultado estético, ofrece dos ventajas fundamentales: su duración y el escaso mantenimiento que requiere. Además transmite sensaciones de calidez y brinda una gran versatilidad que permite su utilización en todas las dependencias de la casa”, explica el proyectista Raúl García, quien a continuación añade: “como arquitecto estoy satisfecho por la elevada calidad del producto, por las numerosas posibilidades que ofrece, así como por las prestaciones técnicas del material”.