Via Botticelli

Milano (MI) Italia

Una amplia serie de balcones y galerías para vivir el interior y el exterior sin solución de continuidad. Utilización profusa del gres porcelánico en el revestimiento de las fachadas ventiladas y en los pavimentos y falsos techos de las terrazas y los balcones. Soluciones duraderas en beneficio de la eficiencia energética.

Un mosaico de galerías describe el amplio bloque de apartamentos de Via Botticelli, en Milán, proyectado por el ingeniero Simone Dominoni. El frontis alterna llenos y vacíos enfatizados por el uso de diferentes efectos matéricos y cromáticos. Trechos llenos de fachadas ventiladas revestidas con gres porcelánico, realizadas con el auxilio de la división Marazzi Engineering (la colección de imitación del cemento Clays en el color Cotton y el formato de 60 x 120 cm) se yuxtaponen a balcones profundos, con invisibles antepechos de cristal, remarcados por el intradós de gres de imitación de la madera (la colección Treverkview Scuro en el formato de 20 x 120 cm). “Hemos creado una terraza por apartamento”, explica Dominoni. “Son espacios acogedores, conectados a la zona de día y cubiertos para que se pueda disfrutar de ellos durante todo el año. Responden a una creciente necesidad, tras el Covid, de espacios exteriores, de acuerdo con un modo de vivir el hogar que ha recuperado su importancia.”

El edificio apuesta asimismo por la valorización de los espacios comunes: un vestíbulo escenográfico de seis metros con una portería que recuerda el hall de un hotel, el gimnasio comunitario equipado y la sala de la primera planta, reservada a las reuniones o a las fiestas de la comunidad, un jardín interior dotado de un recorrido común. “Se trata de ambientes orientados a favorecer la socialización en la comunidad de vecinos”, añade Dominoni.

Armonia 19 —así se denomina el proyecto— se corresponde con la totalidad de la manzana en la que se erguía el Istituto di Arti Grafiche Rizzoli, fundado en 1951 por Angelo Rizzoli en la zona de Città Studi. “La configuración del nuevo edificio”, precisa Dominoni, “enlaza con esta historia manteniendo elementos de la conformación planimétrica, como la entrada en la plaza y la altura del frontispicio. En la entrada incluso hemos expuesto una máquina impresora de época”.

Las fachadas se sirven extensamente de paredes ventiladas. Las superficies con enlucido de protección se han reducido al mínimo y se han relegado a las áreas menos expuestas a los agentes atmosféricos. “Hemos elegido materiales duraderos”, comenta Dominoni, “que respondan a exigencias funcionales y nos permitan transmitir elegancia y crear continuidad entre las distintas partes del edificio. Por ejemplo, hemos usado la colección Clays en el color Cotton, una delicada tonalidad beis, para revestir tanto la planta baja, en la que las placas están encoladas al substrato para contar con una fachada más sólida de cara a la calle, como las partes ventiladas de la primera a la novena plantas, en las que el aislamiento térmico contribuye a maximizar las superficies calentadas. Para romper la repetitividad de los volúmenes llenos, hemos tomado como base el formato de 60 x 120 cm, que hemos cortado en medidas menores de 30 x 120 cm, minimizando las mermas. De este modo hemos configurado un esquema de revestimiento variado”.

Todas las impostas de los balcones y la parte superior del edificio se sirven del gres porcelánico de la colección de imitación del cemento Mineral en el color Iron y el formato de 75 x 150 cm. “Se trata de los jardines colgantes de las plantas octava y novena”, explica Dominoni, “donde la fachada está ahusada y el volumen se aligera. El color más oscuro y metalizado remarca su dibujo. Los falsos techos exteriores y las viseras parasol de los balcones están revestidos con duelas de gres de imitación de la madera, evocando el parqué de los pavimentos interiores y dándole color a la fachada. No se daban las condiciones técnicas y de duración idóneas para el empleo del material natural. Y la verosimilitud que ha alcanzado la cerámica es realmente impresionante”. El juego y la alternancia de los materiales se retoma asimismo en las cuatro casas adosadas que cierran la manzana en Via Salvini. El cuerpo bajo le lanza un guiño de color plomo a la parte más elevada de la construcción alta.

El edificio de Via Botticelli cuenta con la certificación de la clase A y el sistema de fachadas ventiladas revestidas con cerámica contribuye de manera notable a su eficiencia energética. “El confort térmico y acústico resulta de lo más apreciable tanto en invierno como en verano. El gres, en general, nos ha permitido disponer de fachadas más duraderas y coordinar los colores de los materiales, como el metal y la piedra y la madera naturales. Así, el beis de la cerámica hace juego con la piedra, la imitación de la madera hace juego con su homólogo natural y el color Iron hace juego con los elementos metálicos, armonizando la estética entre el interior y el exterior”, concluye Dominoni.


Fotos: Saverio Lombardi Vallauri

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