Tras años de minimalismo y de colores tono sobre tono, se vuelve a osar en el baño. Giuseppe Pezzano preconiza la creación de motivos que reinterpretan nuestra tradición decorativa; en cambio, Carlo dal Bianco piensa en un baño más rico, no convencional, donde las juntas también forman parte de la composición.
El cuarto de baño es el ámbito que más ha evolucionado, no solo en la vivienda sino también en los locales públicos, en hoteles, restaurantes y cafeterías, con transformaciones que han afectado a los acabados, la decoración y, sobre todo, a la manera de entender el espacio. En esta evolución, los materiales cerámicos han hallado nuevas formas y se prefiguran desarrollos inéditos. Hemos pedido a diseñadores que desde hace años proyectan cuartos de baño que nos adelanten futuros escenarios.
Giuseppe Pezzano/Andrea Parisio
«Hoy en día el baño es un espacio de calidad, un ambiente único que conversa con el proyecto general de la vivienda», explica Giuseppe Pezzano, que, junto con Andrea Parisio, es el director artístico de Ceramica Cielo. «Cada elemento tiene una ubicación precisa, por ejemplo, el lavabo, que suele colocarse en una posición escenográfica. Hoy el color adquiere gran importancia. Desaparecido tras los años 70, ahora regresa gracias a las tendencias maximalistas del mundo de la moda, y lo hace de forma más “transversal”, con una declinación tono sobre tono en el interiorismo: desde los colores fuertes y “polvorientos” que aportan un carácter matérico, hasta los colores con brillo.
Gracias a los avances en el ámbito de la cerámica por lo que respecta a la dimensión táctil y cromática, es posible obtener imágenes muy sofisticadas con el gres porcelánico también. Nos encantan los motivos que recuerdan a la mayólica y las baldosas hidráulicas. Y es que la memoria y la tradición son elementos imprescindibles en los que debemos inspirarnos para realizar un buen diseño».
Carlo Dal Bianco
«Por lo que respecta a las tendencias estilísticas y las soluciones de diseño, en el mundo del baño domina el concepto del minimalismo, que no hace concesiones a la decoración ni a la generosidad de las formas, y en el que todas las funciones se reducen a su esencia, se prefieren los colores naturales que evocan ambientes casi primordiales y no se introducen colores vivos y brillantes. Sin embargo, de manera menos evidente y con un lenguaje más de nicho, se ha producido un redescubrimiento del baño decorativo, con el que yo me identifico sin lugar a dudas. En los últimos años, estamos notando la necesidad de espacios más amplios, porque un baño grande es sinónimo de calidad y fruición en el hogar. Esta tendencia también ha introducido nuevas funciones de bienestar tales como la sauna, el baño turco, el hidromasaje, la cromoterapia, la música… todas ellas necesidades derivadas del mundo de la hotelería, cuya influencia se percibe en el baño de la vivienda particular.
En materia de gres porcelánico, creo que se han recorrido muchos caminos que han desembocado en el redescubrimiento de la decoración —algunas veces excesiva, otras veces sobria—, así como en el estudio de gamas cromáticas casi inéditas, con matices mínimos que pueden reproducirse siempre de forma estable. No en vano las tonalidades de color son uno de los puntos fuertes de la cerámica. Una trayectoria interesante en el desarrollo del uso del material podría ser el estudio de las juntas de colocación para convertirlas en elementos compositivos de pleno derecho».