Un proyecto ponderado

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Un proyecto ponderado

En Trani, el arquitecto Antonio Loiodice le da una nueva cara a un local histórico usando una decoración minimalista y materiales de gran impacto escénico

La reforma de Antonio Loiodice, en Trani, rompe con los esquemas tradicionales que durante tanto tiempo han mantenido enjaulados los lugares destinados a la restauración principalmente “rápida”, tales como bares, cafeterías y pizzerías. En la nueva disposición de la histórica Pizzería Bovio —90 m² en una sola planta— el espacio se ha vaciado, restaurado mediante hidrolavado, pintado y reorganizado: “El proyecto nace de la idea de dar una nueva cara a un local casi centenario —explica el proyectista—. Tocar estos espacios significa conectar con la vida de las personas que han vivido y trabajado en ellos durante todos estos años”.

Al entrar, lo primero que llama la atención es la sensación de nitidez y ligereza: decoración minimalista, altas y blancas bóvedas de cañón construidas con toba (la piedra local) en contraste con las puertas, lámparas, asientos y accesorios de diseño, todos ellos rigurosamente en negro mate. Enmarcados en una estructura que respeta la tradición, los elementos de servicio —imprescindibles en un local público— adquieren un carácter expresivo especial.

“La tradición de las manos ‘amasadoras’ y la belleza de la toba de Apulia tenía que encontrar la innovación a toda costa —continúa diciendo Loiodice—. Por eso, el proyecto se basa en la protagonista principal del local, la barra-mostrador, que tenía que respetar cánones de belleza, limpieza y elegancia y, al mismo tiempo, no debía eclipsar la historia”. Este elemento —en el que se apoyan, casi a modo de decoración, las bonitas vitrinas de cristal templado donde se expone la comida— se halla en la entrada y está revestido con las placas grandes de imitación del mármol The Top Marble Look Capraia Book Match, el gres porcelánico fino coloreado en masa (160×320 cm, 6 mm de grosor) realizado con las tecnologías digitales más innovadoras y sofisticadas de Marazzi. Impone su presencia monolítica central y se destina a la preparación de los alimentos a la vista del público y a la venta para llevar.

“Las placas grandes de Capraia caracterizan las mesas y la barra-mostrador, que, con su genuina alma marmórea, ha convertido este lugar en un espacio lleno de narraciones y sabores que respetan la tradición y el diseño contemporáneo, para que cualquier persona que pase por aquí siga sintiéndose como en casa”. La atmósfera es agradable, gracias al uso de materiales cálidos como las mayólicas en la pared y la madera de roble natural de los armarios y las boiseries; una de ellas, situada frente al mostrador, sostiene otra barra destinada al consumo rápido de la comida. El local, que tiene una planta irregular, se estrecha hacia el fondo, donde hay una pequeña sala amueblada con dos breves filas de mesas cuyos tableros también se han hecho con The Top Marble Look Capraia Book Match, a fin de conservar una continuidad mesurada, gracias a un uso sobrio de los materiales y los colores.

Fotos Aldo Dith