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¿Nuevas superficies? La creatividad nace en la producción

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Imitaciones y materiales en el diseño: cómo trazar las tendencias futuras - 1
Baolab

entrevista a Baolab

Manuela Bonaiti y Emma Clerici son las fundadoras de Baolab, estudio de diseño estratégico nacido en 2007 en Milán, que trabaja para las empresas en los colores, materiales y superficies y traza las tendencias venideras. Tras un sinfín de colaboraciones llegaron al convencimiento de que la creatividad no puede prescindir de un profundo conocimiento de los procesos productivos.

De lo intangible a lo tangible, ¿cuál es vuestra misión?
El punto de partida de nuestra labor son términos como “estrategia”, “marketing”, “target” y “posicionamiento”, pero el proceso creativo se concreta en carpetas de colores, materiales, acabados y demás elementos tangibles. Nuestra “materioteca” ilustra buena parte de nuestro quehacer cotidiano; las paredes de nuestro estudio de Brera están completamente revestidas por multitud de cajones y compartimientos que alojan materiales diversos. Un universo que nos inspira y nos permite trazar las líneas de investigación que después trasladamos al trabajo dedicado a nuestros clientes (como Audi, Bulgari, Luxottica, Moleskine, AGC, Technogym, Et. al, Bormioli, entre otros muchos).
 

¿Cómo se trabaja en los materiales? ¿Por dónde se empieza?
Siempre nos hemos sentido muy atraídas por tratar de comprender cuáles son las posibilidades que ofrece la materia, por lo que nuestro primer interlocutor es el departamento de investigación y desarrollo de las empresas. Las herramientas, las máquinas que dan identidad a los materiales siempre son un punto de arranque fundamental. Y nuestra intervención puede ser doble: por una parte en la estética, en lo que podemos relatar con los colores y los acabados; y por la otra, en el proceso productivo. Lo que vemos corroborado reiteradamente cada vez que colaboramos con empresas de la industria de las manufacturas, es que la fábrica es motivo de orgullo de la marca, y que es descrita con pasión. En la complejidad y el gran número de fases de la realización, descubrir que una prensa puede imprimir una inclinación diferente, con la que los efectos de la luz sobre la superficie pueden dar lugar a nuevos efectos es – para nosotras – la verdadera innovación, es la creatividad del proceso, la única que abre nuevos caminos.

A menudo, frenados por la costumbre y por los condicionamientos económicos, nos cuesta dar rienda suelta a la energía proyectiva de los técnicos que trabajan con las máquinas y en los procesos, pero siempre hay que recordar que están contribuyendo al desarrollo creativo, y que a su labor se debe buena parte de la belleza del producto.
 

Superficies grandes o pequeñas: ¿cómo se trabaja a escala?
Si se trabaja en los materiales la relación con las medidas, las escalas en que es articulada, es uno de los elementos básicos del proyecto. Nosotros trabajamos con CMA – colores, materiales y acabados – y para quien opera en este ámbito se da por descontado que el color tiene un volumen propio y que conferirá características diferentes al producto según la profusión con que se emplee. Cuando se trabaja en los materiales, pasando de escalas micro a macro, por tanto, hay que tener muy en cuenta el aparato cromático. Con las texturas resulta más fácil, porque se proyectan para ser producidas en grandes cantidades, en rollos de metrajes considerables. Y también los patrones marcan la diferencia en la labor a las varias escalas. Los cambios de medidas repercuten en el significado y la identidad estética de los productos: si trabajo con una piel sé que puedo imaginar objetos que irán desde un sofá hasta un pequeño accesorio, si trabajo con una placa sé que voy a colocarla en espacios físicos grandes, incluso revistiendo fachadas, de manera que me muevo en un universo de valores completamente distintos, con fuertes implicaciones en el proyecto y en la ubicación del material realizado.
 

En este momento de transición, ¿se pueden intuir tendencias?
La emergencia sanitaria ha trastocado ciertos paradigmas. Uno de los aspectos que se ha visto subvertido es nuestra relación con el ámbito doméstico y con los objetos; si la relación interpersonal se ha visto limitada, la sensorial ha aumentado. Los objetos que tenemos a nuestro alrededor cobran una importancia renovada: cuanto más nos inclinamos hacia dinámicas de relación virtual, mayor valor adquieren los objetos. Además también estamos pasando más tiempo en casa, lo cual nos empuja a reforzar un sentimiento de cuidado (es decir, de mayor atención al deterioro, a la limpieza, al mantenimiento). Esta actitud que revaloriza la materialidad, a la que prestamos una atención cada vez mayor, es una tendencia que llevará los productos a ser más narrativos.

El resultado de la aceleración impuesta por la emergencia es asimismo una vuelta a las necesidades primordiales, como la de estar en contacto con la naturaleza, al aire libre. El concepto de umbral entre interior y exterior ha cambiado inexorablemente y esto tendrá un impacto relevante en los materiales, pues cambiará sus cánones matéricos, cromáticos y funcionales.