Entre innovación y continuidad, el nuevo Campus universitario de Florencia

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Entre innovación y continuidad

Dos edificios residenciales de líneas nítidas y severas destinadas a los estudiantes: una torre de cuarenta y cinco metros, completamente revestida por un mosaico cerámico personalizado para el proyecto, y una estructura lineal más baja. Firmado por Ipostudio Architetti, el proyecto ha apostado por una integración fluida en el contexto existente, por la apertura al paisaje y por la importancia de la luz en los interiores.

Un nuevo punto de referencia para la ciudad de Florencia. Yendo hacia el norte, en el área universitaria situada entre Viale Morgagni y el torrente Terzolle, surge un nuevo Campus estudiantil. Proyectado por Ipostudio Architetti, se inserta en el contexto ya existente de la “Casa dello studente Calamandrei”, construida en los años setenta.

Al crear el proyecto del Campus, una de las intenciones principales de Ipostudio —equipo de arquitectos asociados desde 1984 que tiene su base en Florencia y centrado en las obras civiles, en la recuperación urbana y la reutilización de edificios monumentales— ha sido la de apostar por una integración fluida, sin fracturas, en la zona universitaria de Careggi. Al mismo tiempo, sin embargo “hemos trabajado para tratar de establecer nuevas relaciones con el horizonte urbano de las cuatro torres de la Casa Calamandrei, un símbolo histórico de esta zona, intentando configurar un único gran Campus”, comenta el socio fundador de Ipostudio, Carlo Terpolilli.

El resultado son dos residencias abiertas al paisaje urbano y caracterizadas por presentar una forma neta y severa: una torre de cuarenta y cinco metros distribuidos en catorce plantas, que puede albergar hasta doscientos treinta y cuatro estudiantes y que traza un horizonte urbano decididamente más contemporáneo; y una estructura residencial más baja, de cinco plantas, para un total de ciento veintiún camas, situada a lo largo de la ribera del Terzolle, y destinada al DSU (Diritto allo Studio Universitario, derecho al estudio universitario). La torre y la fachada de la residencia DSU que mira a la plaza están revestidas por completo con las teselas blancas de un mosaico cerámico​, personalizado para el proyecto y extendido a lo largo de más siete mil metros cuadrados de superficie. El empleo del mosaico como revestimiento es un recurso típico de la tradición arquitectónica italiana moderna: “la elección del material cerámico para el revestimiento se explica por la voluntad de transmitir a los edificios un aspecto metafísico, poliédrico, cambiante ante la menor variación de la incidencia de la luz, diurna y nocturna, que haga de la torre un elemento reconocible en la ciudad”, explica Terpolilli.

La peculiaridad de la arquitectura de los nuevos edificios es representada por un esquema que otorga un papel clave a las grandes ventanas: “son ventanas de ojo de buey que observadas desde fuera, en las fachadas de dibujo severo, crean un trazo dinámico, mientras que en el interior definen y caracterizan el espacio de las habitaciones transformándolas en piezas luminosas abiertas al paisaje”, sigue Terpolilli. Las grandes ventanas se convierten, pues, en complementos de la decoración, o mejor, estructuras de apoyo, para libros y objetos útiles para los estudiantes. Desde las habitaciones de ambos edificios, así como desde la terraza panorámica de la última planta de la torre, se goza de una vista extraordinaria sobre el paisaje, tanto hacia la ciudad, en cuyo centro se divisa la cúpula de la catedral, como hacia los cerros de los alrededores.

 

Ph Pietro Savorelli