Vanessa Palombini es una atleta, preparadora física y entrenadora personal. En 2017 condujo a la atleta invidente Arjola Dedaj hasta la medalla de oro en el salto de longitud en el Mundial paralímpico de Londres. Hemos conversado con ella sobre cómo está cambiando nuestra manera de mantenernos en forma, con el cuerpo y la mente en equilibrio, y sobre cómo cambia el concepto del bienestar.
Es inútil negarlo: en estos momentos, es necesario trabajar de forma diferente, usando herramientas distintas de lo habitual, y esto incluye a quienes se dedican a la forma física. Sin duda, ello se debe a la emergencia sanitaria que estamos viviendo, pero, en cierta medida, este cambio nace de una toma de conciencia por nuestra parte, a saber: que estar en forma también significa sentirse bien consigo mismo.
¿Cómo está cambiando nuestra manera de mantenernos en forma?
Durante todos estos meses, he seguido a mis alumnos en línea y, para mi mayor sorpresa, está funcionando muy bien, porque prestan mucha atención al hacer ejercicio.
Antes, ir al gimnasio o hacer actividad deportiva se relacionaba con el aspecto físico, se trabajaba mucho la musculación. Ahora, sin embargo, hemos comprendido que el movimiento es una auténtica medicina y estamos aprendiendo a cuidar de nosotros mismos, con conciencia. Actualmente el entrenamiento está más relacionado con el bienestar psicofísico, con un concepto más holístico de la «buena salud».
¿Recobra actualidad el viejo dicho «mens sana in corpore sano»?
El ejercicio físico nos vuelve mucho más eficientes incluso en la vida diaria y la gente se ha dado cuenta, ha aprendido a conocerse a sí misma, a reconocer sus puntos débiles y sus flaquezas, y a tenerlos en cuenta. Cada vez más a menudo, mis alumnos me piden que elabore un programa de entrenamiento específico para ellos, quieren un seguimiento individualizado. Este es un aspecto que aprecian de forma especial. Y no me refiero solo a la preparación física, sino a una trayectoria que debe dirigirlos hacia el bienestar psicofísico general. Los alumnos quieren conocer la trayectoria que he elegido para ellos, las estrategias, los motivos; eso les permite seguirme mejor, más motivados, porque entienden el proyecto general, la idea de transformación.
No nos basta una idea preconfigurada y masificada del bienestar, de la forma física…
Yo vengo del mundo del atletismo, por lo que estaba mentalizada para competir y alcanzar objetivos, pero me he especializado en otras disciplinas en las que, por el contrario, se acompaña al alumno en su progresión. El entrenamiento correcto refuerza la motivación. A menudo trabajo con grupos pequeños o con una sola persona y me doy cuenta de que muchos de ellos preferirían no volver a practicar deporte en grupos numerosos, en clases grandes, como solíamos hacer años atrás. Y luego están los sitios donde entrenamos; los espacios se van cargando de un significado cada vez mayor: queremos personalizarlos, que sean funcionales de cara a nuestra trayectoria de mantenimiento o de recuperación de la forma física.
Y con la tecnología, ¿cómo lo llevamos?
Incluso yo, que no soy supertecnológica, uso apps y plataformas especializadas para trazar y compartir los resultados y los programas de rehabilitación de mis alumnos con médicos especialistas. Estas herramientas, que a menudo son gratuitas, son democráticas. Muchos de mis alumnos mayores se monitorizan de esta forma, han aprendido a descargar apps, a utilizarlas y a personalizarlas conforme a sus necesidades. Son herramientas utilísimas para quienes desean seguir una trayectoria de este tipo.
No puedo sino apreciar este impulso hacia la digitalización: yo estoy acostumbrada a trabajar con personas con problemas físicos, pero vale para todos el principio de que es muy importante conseguir una educación física correcta que evite que nos hagamos daño, nos sobrecarguemos y obtengamos el efecto contrario al bienestar que tanto anhelamos. Y la tecnología —en el futuro, la inteligencia artificial— nos va a ayudar mucho en este aspecto.
BIO
Vanessa Palombini ha sido atleta profesional, especializada en las carreras de obstáculos, y combina las competiciones con su labor como entrenadora en distintos sectores del atletismo.
Es técnica de primer nivel en la disciplina de atletismo paralímpico y guía de atletas invidentes en la federación italiana de deportes paralímpicos y experimentales, FISPES; en 2017 obtuvo la medalla de oro como «atleta guía» de Arjola Dedaj en el salto de longitud, en el Campeonato Mundial de Atletismo celebrado en Londres. Sigue realizando su actividad en el mundo del atletismo paralímpico como responsable técnica y entrenadora para la OSAL «GSD Non vedenti Milano Onlus». Además, enseña pilates, TRX y bosu, como entrenadora personal de numerosos clientes y en colaboración con varios centros y estudios profesionales de Milán, Monza y Brianza.