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Con la cerámica, no más fronteras entre interior y exterior: ¡llegan los materiales “crossover”!
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La voluntad de contar con una continuidad material y cromática entre todos los espacios del hogar hoy día es una exigencia muy común
La voluntad de contar con una continuidad material y cromática entre todos los espacios del hogar hoy día es una exigencia muy común; esta tendencia, que en los últimos años se daba únicamente dentro de la vivienda con el deseo de disponer de una pavimentación idéntica en todas las habitaciones de la casa, tras los “maravillosos” años 60 y 70 en los que, sin embargo, parecía obligado optar por acabados distintos en las varias habitaciones, se extiende ahora al exterior, de manera que resulta ser cada vez más frecuente la moda de instalar pavimentos “crossover”, adecuados tanto para interior como para aire libre.
Sin duda esta preferencia nos resulta ventajosa a la hora de decorar, porque crea una base idónea para ser “vestida” con decoraciones que pueden ser, según los gustos, de lo más “pop”, “modernas” o “minimales” sin que los materiales nos condicionen de forma significativa.
Como suelo remarcar, en la decoración de los interiores de nuestros hogares debemos decantarnos por el estilo o “humor” que más nos agrade, que más cómodos nos haga sentir, que mejor refleje nuestro gusto, nuestra personalidad, insuflándole vida a nuestro “rinconcito feliz”.
La cerámica ofrece sin duda una solución válida para este tipo de demanda; Marazzi tiene varias colecciones que presentan dos clases de superficies: una para interior; y otra para exterior, dotada de características especiales tales como la resistencia al deslizamiento y a los agentes atmosféricos.
A mi parecer Mystone-Gris Fleury, gres porcelánico de efecto piedra, casa perfectamente con un estilo “minimal”: sobriedad y sencillez, formas geométricas y superficies lineales que dejan el máximo espacio libre posible para moverse, sin restricciones ni impedimentos.
La funcionalidad y un volumen ocupado mínimo imponen, en este caso, la renuncia a elementos decorativos, ornamentos, excesos y detalles poco prácticos. Los escasos elementos decorativos se sitúan a lo largo de las paredes en bloques equipados; las formas se trazan de modo neto y bien definido, configurando conjuntos con una gran capacidad de contención, delimitados por líneas rectas, para lograr el máximo orden con el mínimo volumen. Podemos ser atrevidos y optar tanto por el “total white” como por un osado “total black”.
En este tipo de decoración, téngase bien presente, hay que prestar una atención especial a la iluminación: los puntos de luz tienen que caldear los espacios para evitar un desagradable efecto “glacial”.
En los espacios en los que nos hayamos decidido por un gres porcelánico de efecto madera (Habitat y Planet), en cambio, podemos decantarnos por un estilo “étnico” moderno, que nos permitirá emplear materiales aptos tanto para ámbitos interiores como para superficies al aire libre.
En la decoración de estilo étnico la versatilidad es obligada: no existe un código preestablecido, sino que se puede seguir el gusto personal inspirándose en una determinada cultura que proponer en el hogar.
Se pueden utilizar materiales inusuales como el bambú, la teca, el ratán, el mimbre, la piedra y las sedas.
Interiores étnicos modernos constituidos por paredes enteramente revestidas y generosas alfombras, elementos, ambos, que conforman una decoración dinámica y llena de vida; además se puede dar realce al conjunto con butacas y mesitas, en un atractivo juego de luces y sombras, de volúmenes llenos y vacíos.
Los acabados de Marazzi ayudan a jugar con la imaginación.