En el campo toscano, se mimetiza la villa diseñada por Storm Studio. La disposición se adapta a la orografía del lugar, de la misma manera que los materiales remiten a los colores típicos. Y el diseño interpreta la tradición local en clave contemporánea.
En un panorama típico del campo toscano, de gran valor medioambiental y sometido a restricciones paisajísticas, se enmarca la villa diseñada por Storm Studio Architecture.
El proyecto comienza con un edificio inacabado de los años ochenta. Se caracteriza por su disposición horizontal y por los volúmenes que se “extienden” por el suelo, creando terrazas y líneas que conversan estrechamente con el paisaje y la orografía del lugar.
“Hemos intentado interpretar la tradición arquitectónica local en sentido lato —explica Stefano Benatti, cofundador de Storm Studio Architecture—. Hemos cuidado el aspecto paisajístico del proyecto y su interrelación con el entorno a través de las geometrías y los materiales utilizados”.
Las restricciones paisajísticas han determinado algunas decisiones relativas a la arquitectura y los materiales, pero también han sido un estímulo para encontrar soluciones alternativas. Con respecto al volumen original, el proyecto añade una planta destinada a la zona de noche y eleva la cubierta, mientras que la planta baja se ha ampliado para dedicar más espacio a la zona de estar. Los arquitectos han deconstruido la planimetría y han abierto el volumen original hacia el exterior, especialmente hacia la piscina.
Los desniveles y declives de la colina se conectan mediante muros y terraplenes revestidos de piedra que evocan los muros de piedra seca típicos de la arquitectura rural de la zona. El proyecto se propone interpretar las construcciones tradicionales en clave contemporánea utilizando la piedra cara vista en las paredes perimetrales, el enlucido del color de la tierra local, utilizado para definir el volumen principal, y el metal pintado en la chimenea y la jardinera de la fachada.
Gracias al uso atento de la vegetación, el edificio consigue mimetizarse aún más entre el paisaje. A raíz de esta simbiosis, los espacios exteriores —como las terrazas, los umbrales y las entradas— se han cuidado hasta el menor detalle. Además, se delinean por medio de los materiales: la colección de gres porcelánico imitación piedra Mystone Pietra Italia20 Beige (formato 40×120 cm) se ha utilizado en el pavimento sobreelevado de la mayor parte de las terrazas, mientras que la imitación de la madera de Treverkdear20 Brown (formato 20×120 cm ), colocada a su vez sobre pavimento flotante, delimita los umbrales y las zonas cercanas a la vivienda.
“Aunque están interpretados en clave contemporánea, hemos utilizado los materiales típicos de la construcción tradicional local. La piedra se ha sustituido por el gres porcelánico de 2 cm de grosor que, utilizado en el pavimento flotante, ha permitido crear suelos perfectos incluso en superficies de gran extensión. Por último, el gres aporta homogeneidad y control cromático, además de solucionar algunos problemas tales como la eliminación del agua superficial que fluye por debajo del pavimento flotante. Así se obtienen superficies ininterrumpidas, con una urdimbre y una disposición perfectas, de gran durabilidad”.