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La exposición Marazzi de Sassuolo: el hilo conductor entre el diseño, la decoración y la arquitectura.

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Las blogueras de WEBLOG visitan la sala de exposición - 1

Una gran área única de exposición donde la arquitectura es la protagonista y donde, al mismo tiempo, el diseño encuentra la decoración y dibuja el espacio.

Inaugurada en 2015, con ocasión del 80º aniversario de la empresa, la sala de exposición Marazzi de Sassuolo es la expresión de los puntos fuertes (tales como la investigación y la experimentación) gracias a los cuales la marca ha sabido adelantarse a los cambios y se ha convertido en portavoz de la evolución en el vivir, la arquitectura y el diseño.

Fruto del proyecto del arquitecto Gianluca Rossi del estudio Uainot Architetti, la sala de exposición Marazzi de Sassuolo forma parte de la amplia e importante renovación a la que se ha sometido la sede histórica, fundada en 1935 en un área que más adelante se convertiría en el polo de vanguardia en la creación de azulejos cerámicos de calidad: el distrito cerámico italiano.

La sala de exposición, formada por 1500 m² en el interior y más de 1000 m² en el exterior, se centra en el concepto de «mirar más allá». A partir de las cuatro grandes torres monolíticas de 6 m de altura, caracterizadas por su revestimiento cerámico, todo gira alrededor de la idea de que, con una perspectiva diferente de la habitual, los azulejos de cerámica también pueden ser una invitación a mirar hacia arriba.

Como cuatro pilares matéricos, las cuatro torres son el punto focal de la sala de exposición Marazzi de Sassuolo y representan los cuatro materiales cardinales reinterpretados en las colecciones de la empresa: mármol, piedra, madera y cemento.

Estructurada en varias zonas, la sala de exposición ofrece a los visitantes la posibilidad de experimentar en primera persona los lenguajes transversales de la construcción, que van desde la arquitectura y el contract hasta las grandes obras o la escala reducida de los entornos residenciales, sin olvidarse de los orígenes.

Marazzi fue la primera empresa en sentir la necesidad de cualificar los azulejos cerámicos como elemento decorativo y arquitectónico, razón por la que confió la dirección creativa a grandes figuras del diseño. Así pues, en la zona de la cafetería es posible admirar las piezas icónicas de la empresa, como el revestimiento «Canne d’organo» (tubos de órgano) de Nino Caruso, una de las primeras investigaciones sobre la tridimensionalidad, que data de 1970, o el azulejo curvado cuatro veces «La 4 volte curva» (1960) de Gio Ponti, que entró en la historia del diseño con el nombre de Triennale, hasta la propuesta más reciente denominada Grand Carpet, pequeños píxeles impresos en placas de gran formato, de Antonio Citterio Patricia Viel.

Aquí el diseño encuentra la decoración y dibuja el espacio, aquí el diseño encuentra la arquitectura. El archilab es el espacio dedicado específicamente a los proyectistas, una especie de fragua donde pueden experimentar con los elementos de la arquitectura. Como un sastre en una tienda de telas, los diseñadores y los arquitectos pueden ver de cerca y tocar con sus propias manos los colores, las superficies y los materiales de todas las colecciones, expuestas en grandes paneles, con el fin de encontrar la solución ideal para componer sus proyectos.

La sala de exposición Marazzi también dedica un amplio espacio al segmento de exteriores en el que, gracias a las ambientaciones inspiradoras, es posible apreciar la continuidad de los materiales entre el interior y el exterior. A esto se añaden los ejemplos de fachadas ventiladas y varios tipos de pavimentos y colocaciones, incluida la técnica sobreelevada.

La planta baja está dedicada a la arquitectura, las grandes obras y el contract, mientras que en el primer piso la atención se centra en el entorno residencial, a través de ambientes inspiradores que reproducen los espacios del hogar. Aquí, los visitantes menos expertos en la práctica proyectual son guiados a través de un recorrido por varias ambientaciones domésticas en las que pueden inspirarse para realizar sus propios espacios.